Para hacerle frente a las consecuencias que ha dejado en el Valle del Cauca la plaga dalbulus, que desde el año pasado afecta los cultivos de maíz, el Gobierno departamental, a través de la Secretaría de Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, facilitó las negociaciones para regular las áreas y fechas para la siembra entre los productores y las autoridades sanitarias.
Así lo informó Andrés Murillo, titular de Agricultura, al indicar que esta regulación permitirá un control fitosanitario adecuado y el seguimiento a la evolución del vector, con apoyo de entidades científicas y gubernamentales. El funcionario destacó que este proceso se dio gracias a la concertación lograda entre productores de maíz, gremios, la empresa privada, con apoyo del Ministerio de Agricultura y el ICA, entre otros.
Así las cosas, entre el 10 de febrero y el 10 de abril del 2021 se realizará la siembra de maíz tecnificado y convencional para producción de maíz para grano seco o duro; del 10 de febrero al 1 de junio del 2021, se permitirá la siembra de maíz para producción de maíz dulce, maíz para choclo y maíz para alimentación y ensilaje animal, y del 10 de febrero al 25 de abril del 2021, se podrá sembrar maíz para producción de semillas y temas de investigación de semilla.
“El beneficio es que quedará un tiempo en el que no se va a sembrar, y en ese tiempo se va a poder disminuir la incidencia de ese vector en la producción de maíz”, explicó el funcionario, al indicar que son 21 mil hectáreas las que se siembran de este producto en el Valle. Con estas medidas se busca preservar los más de 16 mil empleos que genera esta actividad agrícola, como parte de la reactivación económica que lidera el Gobierno del Valle.
El funcionario explicó que las medidas, consignadas en la resolución 090455 del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA y que también estableció fechas para la venta de semillas de maíz, ya comenzaron a socializarse con los productores de maíz a través de las Umata en los municipios. Durante el segundo semestre se realizará la evaluación de estas acciones para determinar su efectividad para disminuir el impacto de la plaga.
Desde el Ministerio de Agricultura se destacó este proceso como “un ejemplo para otros sectores en el ordenamiento productivo”.