
El Marco Mundial para la Diversidad Biológica Kunming-Montreal (KMGBF) presenta vías para fortalecer el nexo entre la biodiversidad, el clima y los derechos humanos.
El KMGBF establece que el marco, incluida su visión, misión, objetivos y metas, debe entenderse, aplicarse, implementarse, informarse y evaluarse de conformidad con algunos de los principios de derechos humanos, como el respeto de los derechos indígenas, la igualdad de género y la equidad intergeneracional. Incluso establece que la implementación del marco debe seguir un enfoque basado en los derechos humanos.
«Para los pueblos indígenas, las tierras y nuestras leyes son inseparables. Aplicar un enfoque basado en los derechos humanos en la biodiversidad y la acción climática significa más que una consulta: significa respetar nuestra autodeterminación, estructuras de gobernanza y tradiciones jurídicas, que se basan en responsabilidades colectivas hacia la tierra, las aguas y las generaciones futuras. La gobernanza indígena debe estar en el centro de estos marcos. Esto haría que la conversación pase de la inclusión dentro de los marcos existentes a la co-creación de nuevos paradigmas para la justicia», dijo June Rubis, copresidenta del Consejo Global, Documenting Territories – ICCA Consortium
“Un enfoque basado en los derechos humanos debe garantizar una acción audaz y justa que eleve el liderazgo indígena, proteja los derechos locales y garantice que las voces de los jóvenes den forma a las políticas globales sobre el clima y la biodiversidad”, dijo Peter Bulimo, coordinador del proyecto Youth4Nature.
La Red de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (BES-Net), una iniciativa de asociación impulsada por el PNUD, el PNUMA-WCMC y la UNESCO junto con SwedBio, SGI, CDKN y FOCALI, con el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (SCDB), ha estado llevando a cabo un proceso de diálogo desde mayo de 2024 para promover la comprensión y fortalecer la capacidad de diversos actores para implementar el enfoque basado en los derechos humanos en la acción climática y de biodiversidad. La inclusión de los pueblos indígenas, las comunidades locales, las mujeres, los jóvenes, los investigadores y otros actores clave es un testimonio de la importancia de la colaboración para abordar los desafíos sociales y ambientales complejos e interrelacionados que enfrentamos.
“No estamos avanzando si, a la hora de proteger la naturaleza, nos olvidamos de las personas que más dependen de ella y la cuidan. Los resultados de la COP16 deben poner a las personas y sus derechos en el centro de las acciones en materia de biodiversidad: esa es la única forma en que podemos vivir en armonía con la naturaleza”, afirmó Nela Černota, Oficial Asociada de Derechos Humanos del Equipo de Medio Ambiente y Cambio Climático del ACNUDH.
En esta conferencia de prensa se compartió el resultado del proceso de diálogo: una visión conjunta de la incorporación de los derechos humanos en la implementación de acciones en materia de biodiversidad y clima, mediante la aplicación de un enfoque basado en los derechos humanos. Este proceso de diálogo ha sido un momento de aprendizaje importante para todos los involucrados. Basado en un espíritu de colaboración y empatía, el proceso tiene como objetivo contribuir a mejorar nuestra comprensión de las opiniones y experiencias de diversos actores, identificar cuáles son las brechas y dónde están, buscar puntos de entrada donde se necesitan apoyos para cerrar estas brechas y cómo estos darán forma al camino a seguir.
Algunos de los resultados críticos de nuestro diálogo son:
- La urgente necesidad de transformar la manera en que interactuamos entre diversos actores con diversas perspectivas, garantizando una participación efectiva y significativa al tiempo que fomentamos la colaboración intersectorial, basada en la equidad y en asociaciones genuinas basadas en la confianza y el respeto mutuo para co-crear nuestro futuro.
- La defensa de los derechos humanos, incluidos los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, tanto a nivel individual como colectivo, debe ser un elemento central de cualquier acción en materia de biodiversidad y clima. Esto incluye el reconocimiento jurídico de los grupos indígenas que actualmente no están reconocidos, la garantía de que sus derechos sean reconocidos y protegidos formalmente, así como la necesidad crítica de contar con mecanismos de salvaguardia para proteger a estas comunidades.
- El fortalecimiento de la capacidad es vital, en particular para comprender los derechos y la relación entre los seres humanos y la naturaleza, en función de contextos y localidades singulares; el liderazgo es crucial para el éxito de la acción en materia de biodiversidad y clima. Esto incluye el fortalecimiento de las redes para el intercambio de información, el aprovechamiento de diversos sistemas de conocimiento, incluidos los conocimientos indígenas y locales y el conocimiento científico en las evaluaciones ambientales, y la defensa de los principios del consentimiento libre, previo e informado (CLPI) en todas las políticas.
- El fuerte llamado a garantizar una financiación basada en derechos que sea predecible, sostenible y canalizada directamente a las comunidades sobre el terreno, que están a la vanguardia de la gestión de nuestra biosfera.
El esfuerzo y la dedicación de los participantes son evidentes y verdaderamente inspiradores. Ahora que las partes del CDB están avanzando hacia la implementación de sus estrategias y planes nacionales de acción para la conservación y la restauración de los bosques, esperamos que esta visión conjunta inspire acciones más sinérgicas y colectivas que sigan un enfoque basado en los derechos humanos, basado en un enfoque que abarque a todos los gobiernos y a toda la sociedad, al tiempo que garantiza el respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos humanos, para lograr la visión de 2050 de vivir en armonía con la naturaleza.