La boccia es uno de los dos deportes exclusivos del sistema paralímpico. Sus orígenes se remontan a la Grecia Clásica, y es considerada una compleja combinación de táctica y habilidad.
Puede practicarse de forma individual, por parejas o equipos, sobre una pista rectangular plana y lisa de 12,5 metros x 6 metros, en la que los jugadores deben lanzar o hacer rodar las bolas de colores (rojas o azules de aproximadamente 270 milímetros cada una y un peso de 275 gramos) lo más cerca que se pueda al objetivo, una bola blanca. A su vez, los atletas también deben alejar las bolas de los rivales, en un ejercicio continuo de tensión y precisión.
Con relación al tiempo de juego, el reglamento determina que cada equipo o jugador tiene entre 4 y 7 minutos para hacer sus seis lanzamientos, y dependiendo la categoría pueden o no usar la ayuda de una canaleta, la cual no debe exceder el área de lanzamiento del deportista.
El sistema de marcación se distribuye otorgándole mayor puntaje al jugador o equipo cuya bola esté más cercana a la pelota blanca objetivo, para de esta forma determinar un vencedor.
Los jugadores de la categoría BC3, que no pueden hacer uso de sus manos o pies para los lanzamientos por la severidad de su discapacidad, pueden utilizar dispositivos auxiliares como canaletas o rampas y están autorizados para ser ayudados por un monitor o auxiliar, que debe estar de espaldas al terreno de juego, con el propósito de garantizar igualdad de condiciones dentro de la competencia.
Además, está establecido que los guías solo pueden recibir instrucciones de los Para atletas por el movimiento de su cabeza o de sus ojos. Por ello, pueden colaborar en la acomodación del elemento auxiliar para proceder con el lanzamiento, por lo que la sincronización también juega un papel fundamental.
Cada jugador, pareja o equipo dispone de seis bolas en cada manga y gana aquel cuya bola termine más cerca de la blanca. Además, recibirá un punto extra por cada bola adicional que haya conseguido acercar a la blanca por delante de la primera del contrario. Las competencias individuales y por parejas constan de cuatro mangas, mientras que las de equipos se componen de seis.
Esta disciplina la practican personas en silla de ruedas que tienen parálisis cerebral, lesión cerebral o discapacidad física severa, y que se ubican en uno de los extremos del campo, desde donde lanzan las bolas. La competición se estructura por clases de discapacidad, así:
Los jugadores BC1 tienen limitaciones severas de actividad que afectan a sus piernas, brazos y tronco, y generalmente dependen de una silla de ruedas eléctrica. Pueden competir con ayuda de un asistente.
Quienes se clasifican en BC2 tienen una mejor función del tronco y del brazo que los de la BC1. Son capaces de lanzar la bola sin ayuda.
Los deportistas de la clase BC3 tienen limitaciones significativas en las funciones de brazos y piernas, y un control del tronco deficiente o nulo. No son capaces de agarrar o lanzar la bola con soltura, así que se les permite utilizar una rampa con la ayuda de un asistente.
Por su parte, la categoría BC4 reúne a jugadores con discapacidades no cerebrales que también afectan su coordinación. Pueden lanzar la bola sin alguien que les ayude.
La boccia hace parte del programa paralímpico desde los Juegos de Nueva York 1984 y en la actualidad se practica en más de 50 países.
Para el desarrollo de esta disciplina de los VI Juegos Paranacionales fue escogido el Coliseo Miguel Calero, ubicado en la Unidad Deportiva Jaime Aparicio, de Cali. La programación irá del martes 5 al domingo 10 de diciembre. Se entregarán 8 medallas de oro en individuales masculina y femenina (BC1, BC2, BC3 y BC4) y 3 en conjunto (Equipos Mixta BC1-BC2, Parejas Mixtas BC3 y BC4).
A nivel mundial, Eslovaquia, Corea del Sur y Tailandia son los países que tienen los mejores exponentes de la boccia. En Colombia tiene asiento en 14 regiones, con un importante nivel en Cundinamarca, Bogotá, Valle del Cauca, Antioquia, Boyacá y Santander.