Un golpe de gracia dio al Cúcuta Deportivo la Asamblea de la División Mayor del Fútbol Colombiano DIMAYOR, al desafiliar el equipo del panel de clubes profesionales del rentado nacional, aduciendo la suspensión del reconocimiento deportivo por parte del Ministerio del Deporte y la apertura del proceso de liquidación que sufrió la institución….. Vaya respaldo a un afiliado.
Este mazazo que sufrió la institución nortesantandereana, su afición y sociedad en general, es la demostración de que el sistema del fútbol profesional en este país piensa solo en el negocio hacia unos particulares que lo manejan, y no en la pluralidad, función e impacto social que debe desarrollar; en este caso, con una región de pasión y arraigo por un histórico del balompié nacional que cuenta con una de las mejores aficiones de Colombia.
Seguramente los estamentos, fuerzas vivas y el total de la gente de la frontera alzarán su voz de protesta y acudirán a las más altas esferas para evitar esta decisión impopular de la DIMAYOR que no tuvo tregua, cuando ya habían grandes dolientes de la sociedad norte santandereana, Gobernador, Alcalde de Cúcuta, unificando criterios de apoyo y líneas de acción con el agente liquidador designado Arturo Acosta, para restablecer las bases administrativas del equipo y avanzar de la mejor manera en esta fase de restructuración.
Con la llegada del Gerente liquidador, Arturo Acosta todo parecía que encauzaba el proceso por un buen camino. En la primera reunión con jugadores y cuerpo técnico, el nuevo representante legal del Cúcuta Deportivo les habló sobre la gestión a realizar ante Superintendencia para un permiso, buscar el reconocimiento deportivo y restablecimiento de contratos, acciones que se estaban adelantando con éxito.
El camino se fue poniendo oscuro cuando la DIMAYOR no permitió la participación en la Asamblea del agente liquidador representante del equipo. Una vez se presentó a la reunión con su registro en Cámara de Comercio y el documento de la Superintendencia con el permiso para cuatro meses de funcionamiento mientras avanzan el proceso, la Asamblea adujo que estaba impedido para hacer parte de la misma por no haber llegado a tiempo carta de solicitud.
Para sorpresa de todos los rojinegros, Dimayor finalizada la reunión, oficializa algo que nadie esperaba, pero que al parecer ya estaba acordado al interior de la Asamblea; la desafiliación del cuadro fronterizo, su nocaut y de paso, un tumbo más para el fútbol colombiano.
El pasado lunes 23 de noviembre hubo una llamada de Augusto Cadena a un integrante del cuerpo técnico del Cúcuta y algunos jugadores para decirles que no fueran ilusos desgastándose en entrenamientos; que el miércoles iba a pasar algo, ya que la Dimayor estaba con él y no con Cúcuta. Claro, al final pasó.
Este hecho deja evidenciado que ya las cosas estaban acordadas entre presidentes y era solo oficializarlo en la Asamblea del miércoles. Cadena tiene todo tan maquinado con la jauría que manifestó a jugadores por intermedios de su joven hijo que no fueran a firmar con nadie porque ya tenía cosas en mira.
Todo parece indicar que el señor Cadena y sus aliados tienen todo calculado; le habrían prometido una ficha de B más adelante y podría ser en Sincelejo.
ASI ES EL TEMA
El tema es el siguiente: En la Asamblea votaron en mayoría los equipos pequeños dos puntos especiales; desafiliar a Cúcuta quedando solo 35 afiliados y que haya un solo descendido en junio. Eso les favorece porque el riesgo de bajar a segunda ya no sería para dos, sino uno. Al descender uno de la A y ascender dos de la B entonces se completan los 20 en primera división, quedan 15 en segunda y un cupo disponible. Allí está el compromiso con Cadena, le otorgarían una ficha de la B, que como dije, puede ser Sincelejo, completan el mismo número de equipos en ambas categorías, todos felices, Cadena de nuevo con ficha en Dimayor y Cúcuta desafiliado. Son unos magos.
En Cúcuta la incertidumbre reina en todos los sectores y en la institución, máxime ahora que el equipo se encuentra desafiliado y pasaría a ser un club amateur.
En el momento a varios jugadores les ha tocado hacinarse en un apartamento por haber tenido que desocupar sus viviendas ante la falta de pago. Esteban Giraldo, Matías Rodríguez, Cristian Valencia y Diego Sánchez; dos de ellos se encuentran enfermos con la incertidumbre si es o no Covid y lo peor, sin plata y sin saber ahora, desafiliado el equipo que pueda pasar con ellos y quien les va a pagar.
Hasta cuándo los señores dirigentes del fútbol colombiano hacen y deshacen pensando solo en un negocio para beneficio de unos pocos, sin control alguno por el Estado y en detrimento de los verdaderos actores y promotores del desarrollo del balompié.
Los congresistas insistirán en invitarles de nuevo a una audiencia. De no asistir, les harán una convocatoria requerida de acuerdo al artículo 236 de la Ley Quinta, que faculta al Congreso de la República para que convoque a particulares o privados a que rindan informes ante la comisión que requiera y bajo juramento en forma oral o escrita deben declarar e informar sobre temas que requiera el Congreso.