EL GRAN MARINO DE LA ESGRIMA

Marino Arturo Vidal Alomía, es un esgrimista que durante toda su vida  ha practicado esta disciplina deportiva, hijo de Marino Vidal y  Neila de Vidal  ya fallecida; viene de familia de esgrimistas, su señor padre fue que le enseño todo lo que sabe, reforzados esos conocimientos con  los que  aprendió también de su  señora madre, persona que se inició en la esgrima  guiada por  su esposo.

La familia de Marino era de escasos recursos, su señor padre le gustaba mucho el teatro y trabajaba con el maestro Buenaventura, alguna  vez les dio por montar la obra los tres mosqueteros, eso los obligó a que tenían que hacer una clase de esgrima para poder montar la obra.

Cuando el padre del señor Marino conoció la obra , se enamoró y decidió que tenía que practicarla, en ese tiempo era muy elitista, era en el Club san Fernando o en la liga del Valle, pero de estrato alto.

Hablo con un maestro húngaro Lenyer  y por las clases se dedicó a los oficios  como barrer, recoger el desorden que los otros dejaban todo por practicar la esgrima hasta convertirse el señor Marino (padre) en uno de los mejores esgrimistas del Valle en las tres modalidades con una esgrima muy clásica, se volvió maestro de esgrima  y se jubiló siéndolo.

En el caso de Marino, esa pasión por la  esgrima  la construyó desde niño  cuando contaba con cinco años de edad; en los pasillos de  la casa paterna entrenaba, le elaboraron una máscara con unas mayas que le consiguió su papá, un florete con un arma rota y corta más liviana, al igual que el uniforme.

Llega la época de competición  pero estaba entre la esgrima y el baloncesto, contaba con 12 años de edad, ya conocía los desplazamientos y las posturas de esgrima.

Perteneció a la selección del colegio Hispanoamericano de baloncesto ese año pasaron a la final con el colegio de Santa Librada, pero al mismo tiempo, día y  hora le programaron competencia departamental  infantil, curiosamente ambos escenarios quedaban uno al lado del otro; y cuenta Marino que para él fue un dilema, no sabía qué hacer, pues era la final de baloncesto o el chequeo de esgrima.

Le comentó a su señora madre como buena consejera y le preguntó qué hacer,  dando una respuesta “usted sabe qué hacer”.  “Me llevé  los dos uniformes de baloncesto y esgrima, me paré en medio de las dos puertas, y en ese momento me decidí por  la esgrima, gane el chequeo fui  a competir y gané  “dice Marino.

En 1972 campeón nacional en Bucaramanga, en las Categorías menores, en 1977 siendo  campeón juvenil, ganó el campeonato de mayores  y otras tres. Los padres de Marino nunca pretendieron  ni obligaron a tomar decisiones a sus hijos.

“Como estudiante académicamente era excelente pero muy indisciplinado. Por la locura perdí muchos años,  que ahora lamento” expresa entre risas  Vidal.

 Llegó el momento cuando le flecharon su corazón, conoció a su esposa  Alba Lucía Vinasco , no en la esgrima, sino en la unidad donde habitaba, ya  con varios años de casados, dos hijos   Carlos Arturo ingeniero mecánico y Andrea publicista, ambos practicaron la esgrima, pero no les gusto, respetando su decisión, a pesar de que la aprendieron.

Su esposa lo deja disfrutar su mundo deportivo, es una persona que ha sido definitiva para Marino.

Marino es un ser que se considera como un loco cuerdo, apuesta por los resultados de los alumnos, ha apostado quitarse el pelo, el bigote y lo ha hecho;  en unos  juegos nacionales apostó realizarse un tatuaje y lo hizo, “es la mayor locura realizada” dice Marino.

Tatuado en honor a la modalidad de la disciplina deportiva una espada, se la realizó una compañera del equipo Susana Vergara.

A través del deporte ha  sostenido su familia , conocido 30 países, aprendido y muchas cosas más.

Estuvo presente en el  proyecto del Club Deportivo L Escrime, como entrenador, fue el único en Colombia, pues incluyó dentro de su programa a menores de distintas clases sociales y fue el primero en acatar el mandato de la Federación Internacional de Esgrima, que dicta sacar el deporte a las calles, cuyo lema,  “ la esgrima deportiva es para todos”.

En el año 2015  continua como entrenador de la liga del Valle en las categorías menores y a la preparación de los deportistas a juegos  nacionales 2019, con 27 alumnos en su nómina en diferentes categorías.

Simultáneamente pertenecía a la Asociación de Técnicos del Valle quienes lograron un convenio con la Universidad Metropolitana de ciencias y tecnología  de Panamá , buscando que todos los entrenadores del Valle se capacitaran y lograran la profesionalización , Marino le apostó a profesionalizarse , culminando sus estudios en el 2019, obteniendo el título como Licenciado en  Educación Física y entrenamiento personal.

Pasados los Juegos Nacionales 2019  cuenta el señor Vidal “la liga del Valle prescinde de mis servicios , no entendí el porqué , ya que habíamos logrado en los juegos nacionales 4 medallas de 4  posibles, en Juegos Supérate también en diciembre gane  medallas de oro con una alumna mía y medalla de oro en los Juegos Paranacionales con el atleta en estado de discapacidad Amelio Castro.

Yo trabajé en la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, iniciando en el año 1981 hasta el 2014 , me pensione con ellos . La fuerza aérea me estaba buscando desde hacía más de un año para que volviera con ellos, con la finalidad que tomara las riendas en la esgrima con la Escuela Militar de aviación e inicie con ellos en enero 2020, no se ha podido hacer mucho este año , pero virtualmente los preparo con miras a los juegos nacionales , inter escuelas de cadetes.

Adicionalmente, el entrenamiento personal me abrió otra puerta, vivo en el Castillo y no es fácil que las personas se entrenen , tengo varias personas a mi cargo, ya es algo diferente, personas mayores, un trabajo muy agradable” dijo Marino Vidal

De la vida espera seguir en la esgrima disfrutarlo hasta que su condición física le permita.

” Algún día  desearía morir en una pista” manifestó Vidal.

 

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