El Fuego Deportivo de los I Juegos Nacionales Juveniles se encendió en el Nevado del Ruiz

Bajo un cielo despejado, las siluetas de quienes aguardaban en el Parque Nacional Natural Los Nevados se delineaban con claridad, entre emoción y expectativa. Al pie del Nevado del Ruiz, el sol brillaba sobre la Laguna Negra, reflejando en sus aguas las imponentes cumbres nevadas. En este entorno sagrado para las comunidades ancestrales y símbolo de la grandeza colombiana, se encendió la llama del Fuego Deportivo de los I Juegos Nacionales Juveniles.

Fue un acto cargado de simbolismo y misticismo, donde naturaleza y deporte se fusionaron. Los campistas juveniles del programa del Ministerio del Deporte en Caldas fueron los encargados de encender la llama en una ceremonia solemne, haciendo una invocación al fuego como un elemento sagrado, un faro de inspiración para cada uno de los jóvenes deportistas del país. El silencio del público, el aire frío y la atmósfera cargada de historia hacían de ese instante un momento único, como si la misma montaña otorgara su bendición a esta primera edición del certamen juvenil.

«Invocamos al fuego como elemento vital y fundamental de la experiencia campista. En esta ocasión hicimos la analogía del triángulo de fuego, que son los elementos fundamentales; haciendo la analogía a los tres departamentos que en este momento son sede de los Juegos Nacionales de la Juventud», declaró Andrés Grisales, líder campista del departamento de Caldas

Una llama de unión y propósito compartido

La ministra del Deporte, Luz Cristina López Trejos, fue la primera en recibir una antorcha, que simboliza la paz y la inclusión entre los departamentos participantes y sus atletas. Acompañada por la directora de los juegos, Juliana Enciso y el presidente del Comité Paralímpico Colombiano, Julio César Ávila, encabezó un acto significativo para el deporte juvenil nacional, que apela a la inclusión y la equidad, ya que realizarán las competencias de manera paralela, un modelo que nunca se ha visto en los eventos multideportivos de Colombia.

En su intervención, la ministra compartió el significado del Fuego Deportivo. «Este evento es una oportunidad para que el fuego nos recuerde que el deporte es para todos. Nuestros primeros Juegos Nacionales Juveniles reactivarán la economía, el turismo y la cultura de las ciudades sedes», señaló.

Tras encenderse el fuego en el majestuoso paisaje de la Laguna Negra, la ceremonia continuó con un emotivo relevo que pasó por las manos de atletas y para atletas como Gerson Mendieta, José Camacho y Sebastián Calle, de Para esgrima; Juan Mateo Echeverri, Eliseo Arias y Paulina Cano, de levantamiento de pesas; Juan David Salamanca y Juan Esteban Rubiano, de balonmano; David Rendón y Nicolás Agudelo, de Para natación; Salomé Ocampo, Camilo Puerta, Joan Steven Gómez, de ciclismo, y Tomás Calderón, de lucha.

En cada entrega, las llamas parecían cobrar aún más vida, reflejando el espíritu de cada deportista. «El Fuego Deportivo tiene la llama de todo deportista que tenemos dentro. Eso significa la inauguración de todos los Juegos: que todos luchamos por un objetivo que es llegar a la meta», expresó José Camacho, Para esgrimista del departamento de Caldas.

La antorcha se levantó y dio comienzo a un recorrido que la llevará a través de un viaje de 750 kilómetros, que contará con el relevo de más de 300 atletas y Para atletas. Llegará a Cali, el próximo 27 de octubre, después visitará Armenia, el 28 del mismo mes; a Manizales arribará el 1 de noviembre y a Pereira el 5. En cada capital del Eje Cafetero, la antorcha recorrerá calles, barrios y lugares emblemáticos, en una invitación a que todos se sumen a unos juegos, que se inaugurarán el 9 de noviembre en el estadio Hernán Ramírez Villegas, donde se encenderá el pebetero que será testigo de un certamen histórico para Colombia.

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