Dos hermanas impulsan la epopeya mundialista de Filipinas

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Foto: @oliviaDaviesMcDaniel

  • Filipinas accedió a su primera Copa Mundial Femenina de la FIFA con la ayuda inestimable de las hermanas McDaniel
  • Chandler marcó goles vitales y Olivia realizó paradones de camino a sellar el billete
  • Ambas, nacidas en EE.UU., hablan con FIFA.com de la importancia de esa clasificación y de sus esperanzas para 2023

Filipinas se clasificó recientemente para su primera Copa Mundial Femenina de la FIFA, y ese logro histórico se debió en parte a dos hermanas nacidas en Estados Unidos.

 La más joven de las dos, Chandler McDaniel, de 24 años, se reveló como una poderosa arma ofensiva para las Malditas el pasado septiembre, durante la fase de clasificación para la Copa Asiática Femenina 2022.

 Para empezar, sirvió dos asistencias en la remontada del combinado de Alen Stajcic contra Nepal (2-1), y luego, contra Hong Kong, fue más allá al marcar el gol de la victoria que sentenció el pase de su selección. Ya en la fase final continental de principios de este año, que hacía las veces de clasificatorio asiático para la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia/Nueva Zelanda 2023, Chandler volvió a brillar, firmando el único gol del partido en el primer encuentro de Filipinas, contra Tailandia.

A su vez, su hermana Olivia –portera titular del equipo– firmó una serie de actuaciones aún más llamativas bajo palos. Sobre todo, la mayor de las McDaniel se erigió en la heroína de la tanda de penales victoriosa contra Chinese Taipei en cuartos de final, realizando dos vitales paradas y convirtiendo ella misma un lanzamiento, de modo que Filipinas obtuvo su billete a Australia y Nueva Zelanda 2023.

“Incluso antes de ese encuentro, no paraba de decirme a mí misma: ‘Vamos a ganar’”, revela a FIFA.com Olivia, cuatro meses mayor que Chandler. “Recé antes y después de cada lanzamiento. Incluso cuando fallamos dos penales [seguidos], creí que podíamos acabar imponiéndonos. Tenía fe”. “Era la primera vez que Filipinas se clasificaba para una Copa Mundial de la FIFA, ya sea masculina o femenina”, continúa. “Después de haber acabado las celebraciones, simplemente permanecí de pie en el campo y exhalé un suspiro de alivio. Fue entonces cuando empecé a darme cuenta de lo que habíamos conseguido”. “Esto es algo que el país llevaba intentando conseguir durante la última década y media”, interviene Chandler. “Ha habido mucha gente en la sombra que ha dedicado mucho tiempo a llevar este equipo a este nivel. Todas las jugadoras, actuales y anteriores, siempre se han comprometido a hacer mejor a esta selección”.

Sueños de California se hacen realidad

Para Chandler, acceder a la Copa Mundial Femenina de la FIFA también supuso la consecución de un sueño de la niñez. Las dos hermanas, nacidas en California de madre filipina, heredaron su pasión por el fútbol de su padre. “Nuestra familia está muy unida y todos jugamos al fútbol”, explica Chandler. “Mi padre me entrenó a mí, a mi hermana y mi hermano. Yo era pequeña y no muy rápida, así que mi padre me enseñó habilidades como el control del balón, golpearle al balón correctamente y al primer toque”. Las hermanas progresaron rápidamente, y ambas tuvieron la oportunidad de jugar en ligas competitivas.

Chandler, incluso, fue invitada a Programas de Desarrollo Olímpico y a concentraciones tanto del programa ID2 como del programa ID de la selección nacional estadounidense. Fue en torno a esta época cuando empezó a soñar en grande… “Recuerdo que, cuando cursaba el segundo año de secundaria, nos pidieron que hiciésemos un proyecto sobre lo que queríamos lograr en el futuro”, rememora. “Yo hice el mío sobre jugar al fútbol profesionalmente y acceder al Mundial Femenino algún día. Mi profe me dijo que era un buen sueño pero también complicado y, a la postre, poco realista si estaba representando a un país pequeño como Filipinas”.

Sin dejarse amilanar, Chandler y su hermana se dispusieron a desafiar ese tipo de dudas. “Mi familia suele ponerse muy cabezota cuando la gente nos dice que ‘no podemos’”, explica con una sonrisa. Cuando tenía 12 años, la selección de Filipinas realizó una concentración de entrenamiento en California, y a Chandler le permitieron entrenar con sus jugadoras después de que su madre contactase con el entonces seleccionador filipino, Ernie Nierras. Así empezó la trayectoria de las McDaniels con las Malditas.

Altas miras en tierras oceánicas

Tras hacerse famosas en Filipinas gracias a sus proezas durante la fase de clasificación mundialista, las hermanas han gozado de experiencias que van desde recibir mensajes de ánimo de los aficionados hasta ser entrevistadas por los medios, pasando por conocer a su ídolo: la leyenda del boxeo filipino Manny Pacquiao.

Lo mejor de todo, no obstante, ha sido ser testigos del impacto que ha tenido su éxito en una nación agradecida. “La selección siempre ha contado con una base de aficionados muy fieles, y parece que esa afición ha crecido de veras durante estos partidos de clasificación”, observa Chandler. “Es genial ver a todos ilusionados al respecto. Esto ha unido de verdad al país y nos ha dado un sentimiento de orgullo después de un año duro para Filipinas.

Que nos hayamos clasificado para el Mundial es indicativo de cómo son los filipinos: somos gente luchadora y no nos rendimos”. “Aporta más emoción y atención al fútbol”, coincide Olivia. “Quiero animar no sólo a las chicas jóvenes sino a los niños en general a invertir su tiempo en el fútbol. Puede que Filipinas no tenga algunos de los recursos que tienen otros países, pero lo único que necesitas en realidad es un balón en los pies”.

 Por muy unidas que estén, las hermanas tienen objetivos diferentes con vistas a la Copa Mundial Femenina de la FIFA del año que viene. “Habría tenido otra respuesta si me hubiese preguntado antes de nuestra semifinal de la Copa Asiática contra las surcoreanas”, señala Chandler, que se rompió el ligamento cruzado anterior y el menisco en ese encuentro.

 “Ahora mis objetivos previos al campeonato son simplemente concentrarme en la rehabilitación y, esperemos, recuperarme y conseguir un puesto en la plantilla”. Olivia, entretanto, ya se está concentrando en lo que puede conseguir el equipo: “Queremos ser competitivas independientemente de nuestras rivales. Y queremos llegar a la segunda fase. Sé que suena muy ambicioso, pero logramos nuestra meta en el clasificatorio y, siempre y cuando agachemos la cabeza y colaboremos juntas, puede pasar cualquier cosa”.

Fuente: FIFA.COM

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