Para muchos una final adelantada, y para otros la oportunidad de derrotar a un campeón. Los papeles estaban definidos. Titanes de Barranquilla llegaba al Coliseo Evangelista Mora con la incertidumbre de enfrentar un equipo debutante que en su último partido lo puso en problemas y que en estas instancias su crecimiento era increíble.
Para los dirigidos por Manuel Hussein la idea estaba clara: hacer lo necesario para ganar. Dos cambios se encontraban en su plantilla, Phil Henry y Jawan Davis ya no estaban. En su lugar, Dontrell Brite se unía al conjunto del eje para reforzar un equipo que ya era extraordinario.
Comenzó la acción y la igualdad entre ambas instituciones era esperada. Andrés Ibargüen culminaba una primera mitad ‘encendido’. Sus compañeros sorpresivamente tomaran ventaja en el marcador para finalizar el segundo cuarto (38-41). ¿El problema? Guillemo Díaz sentenciaba un triple desde la mitad de la cancha que enviaba un mensaje claro: aún estamos vivos.
Para la segunda mitad Tomás Díaz ganó la partida. Ante el cansancio de los jugadores rivales, desde el banco salieron aportes como los de Hansel Atencia que fundían las piernas de los jugadores cafeteros. Ernesto Oglivie (22 puntos, 10 rebotes y 1 asistencia) y Jonathan Rodríguez (17 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias) ajustaron en defensa y apretaron en ataque para dejar definitivamente sin esperanzas a un conjunto que en las manos de Rodrigo Caicedo pudo tener la victoria del primer juego de la serie. Titanes se llevó el triunfo, pero la impresión fue que estas semifinales serán muy competitivas.
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