
Por: Ana Cecilia Fuentes.
La Guajira es la tierra del cactus, del mar, la sal, el municipio de Manaure, donde están los pozos salinos,el oscuro y bello paisaje carbonífero, además de una tierra salvaje de espinosos senderos, pero de gente amable, la cual puede sufrir por un derrumbe, por un rio que tiende a desaparecer, por un perrito abandonado en el desierto, pero que a la vez se puede extasiar contemplando un hermoso atardecer Guajiro, acampar para contemplar el Faro en el Cabo de la Vela, así como el Guajiro también es feliz al observar los extremos de los colores, el blanco y el negro, las costumbres del Wayuu y el Wiwa, sus formas de vida, así como el indio que se resiste a cortar el árbol y arrojar basura al rio porque son sus dioses que representan a la madre naturaleza a la cual nuestros ancestros veneraron y le ofrecieron prebendas y rituales como verdaderos dioses, el sol, el agua, los ríos, a los cuales no solo hay que cuidar sino venerar como algo sagrado.
