El hilo rojo que conecta al árbitro Edilberto Roqueme con el sóftbol y el béisbol

Un 15 de septiembre nació en la ciudad de Barranquilla Edilberto Enrique Roqueme, un hombre que creció en el barrio San Francisco, conocido por los barranquilleros como ‘San Pacho’, un lugar que lo vio correr y jugar con la bola de trapo en sus primeros años de vida hasta llegar al sóftbol y el béisbol.

“Yo era una persona que miraba los pasos agigantados de mi hermano mayor que tiene 63 años, él me lleva seis años, quien era un jugador de las reservas del fútbol profesional en Colombia con el equipo del Junior. Yo era un aficionado del fútbol en la calle, en Barranquilla se dice, jugador de bola de trapo, además jugaba los torneos de liga de fútbol”, expresó Edilberto.
 
Con el tiempo sus ganas de practicar el deporte de la ‘pelota blanda’ empezó a surgir, en 1982 con 15 años de edad tuvo su primer acercamiento en un escenario cercano al barrio donde residía y fue un éxito, pues estuvo presente en su primer campeonato nacional juvenil que se realizó en Cartagena y compitió frente a las novenas de Antioquia y Bolívar, un momento a nunca olvidar.
 
“He sido jugador de sóftbol toda la vida, pertenecí a la selección de Atlántico, selección Colombia, participé en los Juegos Panamericanos de sóftbol en Indianápolis 1987. La historia en el béisbol viene siendo ya en el Valle del Cauca después de 1988, unos amigos me invitaron a jugar béisbol con la edad de 25 años en Cali”, manifestó Roqueme.
 
Como deportista y entrenador sabe que es representar una delegación en Juegos Nacionales, torneos internacionales y campeonatos Interligas. Sin embargo, su faceta como árbitro inició en 1995 con el béisbol, cuando hizo su primer curso de formación.
 
La experiencia de Edilberto lo ha llevado a conseguir grandes logros de los que se siente orgulloso, pues fue entrenador de la selección Valle del Cauca hasta el año 2020, momento en el que su vida daría un cambio por completo con la llegada de la pandemia.
 
“La época de la pandemia fue muy triste, se llevó muchos seres queridos, y decido irme para los Estados Unidos, encontré el apoyo de un amigo, me dio la mano, duré dos años y medio trabajando”, comentó el hoy árbitro de sóftbol.
 
En otro país, Edilberto Enrique Roqueme superó diferentes obstáculos y vivió momentos que en su mente perdurarán para siempre, pues un hilo rojo lo conecta a él con los deportes de la ‘pelota caliente y blanda’ en cualquier lugar: “Se me dio la oportunidad de arbitrar en Estados Unidos una liga de sóftbol con jóvenes de Venezuela. Pero tuve la barrera de no hablar inglés, para poder ubicarme mejor en mi deporte, entonces me dediqué a trabajar en otros quehaceres”, dijo el barranquillero.
 
Con sentimiento y agradecimiento recuerda a las personas que lo ayudaron a salir adelante, sin embargo, siempre ha habido algo que lo conecta con el sóftbol y el béisbol: “Recuerdo el momento en que yo abordé un carro camino a mi trabajo de mesero, siendo el conductor extranjero, me dijo que trabajaba en el estadio de béisbol, me dio una luz de vida, le dije que yo quería trabajar ahí, que mi vida era el sóftbol y el béisbol, me dio el contacto del amigo de él, lo llamé, y cuando tenía espacios me iba a trabajar en el estadio de los Astros de Houston, en Texas, en la cafetería, la cual se cerraba en el sexto inning, quedando tiempo. Yo era la persona más feliz viendo los juegos de grandes ligas hasta el final”.
 
Un día, un partido quedó para siempre en la memoria y retina de Edilberto, el primer juego de la Serie Mundial del año 2021, donde jugaron los Astros de Houston frente a los Bravos de Atlanta.
 
“En el 2022 no pude trabajar más en el estadio. Apoyado siempre por mi esposa, Claudia Patricia Sánchez Barrera, desde hace diez años he podido asimilar varias situaciones”, indicó Roqueme entre lágrimas.
 
El amor por su esposa, por el béisbol y el sóftbol es algo indescriptible para quien cumple su rol de árbitro en los Juegos Nacionales, durante el campeonato de la ‘pelota blanda’ en el estadio Simón Carbonell de Cali. Una conexión inseparable, un idilio con los diamantes, disfruta día a día Edilberto, quien llevará las experiencias cada experiencia vivida marcada en su corazón.

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