El amor maternal sustituto revive a cartitos diariamente, superando los retos

Carlos Andrés Perea, nació el 25 de mayo de 1999 en Pradera – Valle,  junto con él, por ser mellizo nació una niña, quien fallece, ya que el parto de  su señora madre fue  a través de una partera,  nunca tuvo un control durante su embarazo por su estrato socio económico.

Debido a la situación en el parto el niño es llevado junto a su madre al hospital de Pradera y posteriormente el niño es trasladado al Hospital Departamental de Cali, donde estuvo el recién nacido cinco días en cuidados intensivos por una infección umbilical; en cuanto a su señora madre, se desconoce que sucedió.

El menor es  llevado luego a un hospital de segundo nivel, donde permaneció otros días más, nació de ocho meses, prematuro, quien midió 38 centímetros, con un peso de dos mil gramos. Estuvo en incubadora durante este tiempo,   nadie reclamó al menor, por tal motivo es entregado a Bienestar Familiar.

Llegó al  hogar de la señora Mariela Zamora y Ricardo Polanía,  gracias al programa del Instituto  Colombiano de Bienestar Familiar, el  2 de julio de 1999,  tenía un mes de nacido,  cuando es recibido, la señora Mariela lo lleva al médico, quien no le dio esperanzas de que el niño sobreviviera.

La señora Mariela desde ese momento que lo tomó en sus brazos se propuso en hacer todo lo posible para que el niño no fuera a fallecer, como madre sustituta tomó las riendas para emprender una batalla. Permanecía varias horas despierta para atender al niño, duraba dos horas el niño Carlos Andrés en tomarse media onza de leche, mantenerlo abrigado y en algodón ya que no había ropita para esas medidas del bebé. El niño no se movía y ni lloraba.

Junto a la señora Mariela,  el señor Ricardo, quien acompañaba a su esposa en dicha labor,  inicia una situación difícil, el niño empieza con problemas respiratorios y tienen que hospitalizarlo, varios meses en el Club Noel de Cali.

El niño inició tratamiento con varios galenos especialistas, doña Mariela prácticamente vivía con el niño en el hospital, es de mencionar que ella ya tenía sus hijas del matrimonio.

El niño no gateó, no se paraba,  ni se sentaba, a pesar de varias terapias que le realizaban;  al cumplir el año la misma situación.

A los dos años de edad, le realizaron la primera cirugía de reflujo, debido a la neumonía que le dio,  después otras tres cirugías. Meses después lo observa el otorrinolaringólogo, quien le descubre  su discapacidad auditiva, cognitiva y visual, es remitido al Instituto de Ciegos y sordos de la ciudad de Cali, donde inicia una  rehabilitación que duró diez años, donde su madre sustituta tenía que estar permanentemente con él , aprender manejo y terapias.

En el Instituto de Ciegos y Sordos, observaron que la capacidad de Carlos Andrés,  no era igual que la de los otros niños, acompañada por problemas en su motricidad,  pero a pesar de ello, con las terapias y ayuda de la familia, y teniendo en cuenta  la discapacidad auditiva, tenía mucha espontaneidad en las palabras.

Llega la hora en que Carlos Andrés empieza  a compararse  con  los demás y a preguntar a su mamá, los porqué,  “¿porque no puedo hacer lo que hacen  los demás?,  ¿ por qué en la casa soy el único de color distinto,  ustedes  papá y mamá  y  hermanas no?. Llega la hora de decirle la verdad y contar su origen.

El instituto igualmente recomienda buscar alternativas de  inclusión para el niño en alguna actividad,  ya que él no tenía condiciones para realizar bachillerato; otro reto para su mamá y la familia.

Carlos Andrés, quería estudiar, a pesar de su discapacidad , no daba aparentemente. Debido a esto le recomiendan a la señora Mariela que le busque un deporte, porque no saldría bachiller.

El señor Silvio Zamora, hermano de la señora Mariela, le recomienda que busque a la profesora Dora Barreto, quien entrena a varios atletas de discapacidad, es llevado Carlos Andrés a la liga y habló con la entrenadora y estando en el sitio se encontró con muchos de sus compañeros del Instituto quienes lo recibieron bien, a él lo llaman “Carlitos” porque es muy especial con sus compañeros y las personas en general.

Pero Carlos Andrés insiste en que quiere estudiar, la única opción fue en  el instituto ITES, con otro reto aprender a través de señas, labor en la cual colaboró sus padres y hermanas sustitutas, aquí termina su quinto de primaria., alterna el deporte y estudio.

Siguen los  retos, el bachillerato, que se decía no podía llegar hasta allá,  lo matriculan en el Colegio Santa Librada, ya contaba con 16 años de edad, pero lo aceptaron en la nocturna. Preocupación para todos, pero lo superó, se esfuerza por darse a entender. Carlitos se graduó, logró ser bachiller.

Actualmente siendo deportista tiene problemas de salud, que aún le controlan, la mamá siempre perseverando con él,  el amor es mutuo.

Carlos Andrés Perea es apasionado por el atletismo, ha participado en varios campeonatos deportivos representado al Valle del Cauca, se emociona mucho portar el uniforme y lo mejor traer medallas.

Medalla de oro en el III Encuentro deportivo de la AlianzadePacífico  realizado en Chile 2015

Juegos Paradepartamentales 2011 bronce

  Juegos Paradepartamentales 2013 bronce

Juegos Paradepartamentales  2015 bronce

Juegos Paradepartamentales 2019 dos medallas de plata y  bronce

Juegos inter colegiados 2014 medalla de bronce

 Primeros pre juegos Paradepartamentales Yumbo 2019 dos medallas de plata,  un bronce.

Medalla de oro en Campeonato  Inter comunas de Cali

Juegos Supérate 2015  medalla de bronce 

Interclubes de paraatletismo Sport Fest 2019 medalla de oro

Y sendas medallas en diferentes torneos.

En esta época del corona virus, sigue preparándose en casa. Hay “Carlitos” para rato y una familia que lo ha rodeado con un amor incomparable.

¡¡¡ Mamá solo hay  una, pero esta madre superó a muchas!!!

 

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