Con emoción despedimos los XXII Juegos Deportivos Nacionales que, durante 15 días, congregaron a lo mejor del talento deportivo en Manizales, Pereira, Armenia y sus subsedes. Esta celebración fue más que una competencia; fue el testimonio vivo del avance de Colombia hacia la cima deportiva.
Estos juegos han trascendido como ejemplo palpable de cómo el deporte va más allá de las medallas: ha unido corazones, promovido la paz y la integración social. Ha sido la sinergia perfecta entre la práctica deportiva, el cuidado del medio ambiente y la economía sostenible.
Este cierre marca un inicio significativo: el legado que perdurará en la promoción del deporte como derecho, la inclusión, la equidad y los valores que enriquecen el tejido social.
Ahora se alza el telón para los VI Juegos Paranacionales, donde los para-atletas demostrarán que la voluntad y el espíritu superan cualquier límite.
¡Que comience esta nueva etapa de inspiración y corazones que desafían la adversidad para escribir historias de grandeza!