A Trujillo – Valle regresaron las ayudas para el campesino

Cortesía CVC

Miembros de cincuenta familias campesinas compuestas por mayores, jóvenes y niños se dieron cita en el parque principal de Trujillo para ser las últimas beneficiadas de la primera fase de “Por un campo más sostenible, programa de la CVC que pretende apoyar a 5.000 familias campesinas hasta el 2023, con el propósito de que entreguen, a su vez, las semillas a otras familias, generando una cadena de solidaridad. Y es que, precisamente, fue aquí donde se dio la segunda entrega de insumos en octubre del año pasado: semillas de maíz, frijol y hortalizas, estacas de nacedero para cercas vivas, colinos de plátano hartón, yuca, banano, árboles de mango, naranja, aguacate y bultos de fertilizante orgánico, surtieron los kits que dotaron en ese momento y hoy, volvieron a fortalecer a más campesinos.

María de Jesús García, viuda de Cano, como se presenta, fue una de las beneficiarias y su historia tiene una carga simbólica dolorosa, pero enriquecedora: es una de las víctimas de la violencia que azotó a Trujillo durante la década de los noventa, perdiendo a su esposo, a algunos hermanos y terminó desplazada. Sin embargo, desde hace más de 20 años se estableció en otro predio del municipio, llamado El Edén, que se ubica en la vereda La Cristalina. Ella se mostró agradecida con el programa de la CVC y dijo que trabajará la tierra con dos de sus hijos: «Este programa me parece muy excelente porque se acordaron del campesino que sufre y ahora con la pandemia, peor. Le agradezco mucho a la CVC. Al campesino le digo que se anime, que siembre sus semillitas y siembre todo sano, que no sea todo con químicos, porque la gente se está envenenando. Es mejor todo con abonos orgánicos».

También llegó Marino Gómez, caficultor de la vereda Alto Cáceres que entendió que debía diversificar sus cultivos, pues la pandemia mostró que era una necesidad. Tras recibir su kit, manifestó a la delegación de la CVC que los campesinos se han dado cuenta de «la importancia de ser autosuficientes en las fincas». Además, extendió la invitación a otros labriegos del departamento para que se acerquen a las Umata, aliadas del programa en cada municipio, y «repliquen el programa, siguiendo con las huertas con un esfuerzo de mantenimiento ecológico y sin contaminar las aguas, es decir, conservando el medio ambiente».

El director de la CVC, Marco Antonio Suárez Gutiérrez, se fue satisfecho del «Jardín del Valle» porque casi que abrió ahí «Por un campo más sostenible» y ahora lo está cerrando. «Hoy estamos cumpliéndole al Valle del Cauca. Empezamos en el último trimestre de 2020 y hoy, en Trujillo, con las últimas 50 familias, ya beneficiamos a 1.000 familias, pero la gran noticia es que el programa sigue y la idea es que a partir de abril y hasta el 31 de diciembre de 2021, beneficiemos a 3.000 familias. Tenemos un sueño que es llegar a 5.000 familias, pero si el programa sigue, como estamos seguros va a suceder, ojalá sean muchas más. Por un campo más sostenible es agroecología con seguridad alimentaria, protección del medio ambiente y solidaridad con nuestros campesinos», dijo el funcionario.

Por último, el alcalde Diego Guerrero ratificó que la propuesta de la CVC es interesante al apostarle al campesino, viéndolo como un potencial aliado para la conservación del medio ambiente. «Tenemos personas de la Débora Alta, a 3 mil metros sobre el nivel del mar, Alto Cáceres y La Sonora, que pertenecen a la cordillera Occidental y hacen parte de Trujillo, siendo hoy son los beneficiarios de este gran programa. Queremos, bajo un principio de justicia social, llegar a los que más lo necesitan, lo que son, quizá, los más abandonados», expresó el mandatario.

 

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