
Las finales del baloncesto prejuvenil de los Juegos Intercolegiados, que se llevan a cabo en Cali, bajo la organización del Ministerio del Deporte, respondieron a las expectativas por lo mostrado en la fase previa por parte de los colegios Virrey Solís, de Santander, y Piaget, de Huila.
Duelos intensos y parejos, tanto en la final femenina como en la de los varones, aunque en damas, el colegio Virrey Solís siempre estuvo al frente en el marcador para quedarse con la medalla de oro, tras vencer a su rival 66-37. El bronce quedó en poder de la institución José María Córdoba, de Casanare, tras derrotar por 32-22 a la institución Universitaria de Caldas.
Y la final de los varones no podía resultar más emocionante. El equipo del colegio Piaget, de Huila, siempre estuvo adelante en el marcador en los tres primeros cuartos, pero nunca con diferencia superior a los dos puntos.
El experimentado entrenador del equipo santandereano, Carlos Parra, quien lleva 54 años metido en los coliseos de baloncesto y 30 de ellos con el colegio Virrey Solís, buscaba soluciones para que sus pupilos lograran frenar la velocidad del rival y ser efectivos en los lanzamientos.
Parra se metía en la cancha, daba instrucciones, hablaba con los árbitros, y parecía resignado, cuando la diferencia en el último cuarto, a menos de seis minutos para el final, la diferencia en contra era de cinco puntos. Pero las cosas cambiaron gracias a la efectividad de sus dirigidos, y cuando el reloj marcaba la cuenta regresiva de 3:30 para el pitazo final, se emparejaron las acciones.
Después de 36 minutos remando contra la corriente, el panorama cambió para los santandereanos, que se mostraron más ordenados en defensa y contraatacaban con efectividad, al punto de ponerse en ventaja a falta de 2:30 minutos.
Parra solicitó un tiempo, para darles instrucciones a los muchachos, e indicarles lo que debían hacer en el último minuto y 30 segundos, para mantener la diferencia a su favor. “Vamos ganando el partido. No regalemos la pelota, no lancemos de tres y no cometamos faltas, sin faltas”, insistió.
Los dos equipos estaban acumulados con cinco faltas, pero los santandereanos hicieron caso omiso a la recomendación de su entrenador… e intentaron dos tiros de tres puntos, sin éxito, lo que le daba la posesión del balón a los jóvenes del Piaget, que no aprovecharon las opciones de descontar, y por el contrario se desesperaron y cometían faltas que les daba más opciones a los del Virrey Solís.
Los santandereanos, sin embargo, no aprovecharon los tiros libres, incluso cuando le pitaron un técnico al entrenador Andrés Navarro, del Huila. Una canasta más para los santandereanos puso el marcador 56-50 a su favor…
Y a pocos segundos para el pitazo final, la sonrisa se dibujó en las caras de los jugadores del Virrey Solís, que se coronaban campeones, para seguir los pasos de las mujeres y lograr el doblete de oro para Santander.
Por último, en el partido por la medalla de bronce, el Liceo Salazar Herrera, de Antioquia venció 69-52 a la institución Manuela Beltrán, de Casanare.
